La magia se instaló en el salón de tres años y lo transformó en un espacio ENCANTADO donde nada ES LO QUE PARECE.
Entre otras cosas:
- El salón de tres ya no era un salón de clase...
- El cuento que disfrutamos no era un cuento ERA UNA FIESTA
- y jugamos con un SAPO que... no era un sapo...
- Nos dimos un abrazo gigante, fuimos los más altos del mundo
- Llenamos la clase de animales de la selva...
- Estuvimos en el fondo del mar.
Y NOS DIVERTIMOS MUCHO!!!!
Gracias a todas por acercarse, regalanos este encuentro, las caricias, las risas y las ganas de compartir! hasta la próxima. Yo feliz de compartirlo también con mi hijo!
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